Cierto
día, en una estancia de la
provincia de Entre Rios un burro se encontraba
en dificultades al verse atrapado en un pantano. El pobre
estaba indefenso, ya casi sin fuerzas como para
seguir luchando por salir de tan horrible
situación. En aquel momento pasaba por
allí una rana. El Burro al verla la
llamo:
- ¡Ranita!,
¡Ranita! Ayúdame por favor a salir de este
pantano. - ¿Vos querés que
te saque yo, que soy una cagada? - Se me ha ocurrido una idea. Lo
que tendrías que hacer es ir hasta el casco de
la estancia donde esta la camioneta 4X4 de mi
patrón y traerla. Una vez acá me enganchas con
el malakate y me
sacas.
Todo ocurrió de esa manera y el Burrito
se salvo. Transcurridos unos meses, el burrito
pasaba por la orilla del pantano (iba por la
orilla porque ya no era tan pelotudo) cuando
escucha la voz de la ranita, que meses atrás le
había salvado la vida, pidiendo auxilio
enterrada en el pantano.
- Hola ranita,
¿como podes ser tan huevona de caerte donde me
caí yo la vez pasada?. - Lo que pasa es que venia
pensando en un rano macho y no me di cuenta.
Pero lo que te
propongo es que vayas hasta el casco de la
estancia y busques la 4X4 de tu
patrón y me saques de
tan horrible situación. - Mira ranita, por mas buena
voluntad que yo tenga no va a poder ser ya
que mi patrón no esta, así que te vas a tener
que morir nomás. - Hagamos algo. Empezá a
hacerte el bocho y pensá en todas las burras y
yeguas que te hayas
volteado y/o empomado alguna vez y cuando tu
pinchila tome grandes dimensiones extendela sobre
el pantano y asi yo me trepo y me
salvo.
Y asi ocurrió, la
ranita trepo por la pinchila del burro y se
salvo.
Moraleja
Teniendo una buena poronga no hace
falta una
4x4
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